Cuando se trata del cumplimiento de un deseo a veces sobreviene la ansiedad y la desesperación por tenerlo. Pero en ese proceso llegamos a olvidarnos de la importancia que tiene confiar en que tu deseo ya es un hecho, ya ha sido concedido, lejos de lo que la evidencia física muestre.
Y es que cómo dejar de contemplar la ausencia de lo que quieres, cuando estás viviendo en un mundo físico que te bombardea continuamente con imágenes, aseveraciones y material que indica que sí no posees, que si no cuentas con, o que sí no tienes X o Y cosa, eres menos afortunado que el resto del mundo. Es allí donde continuas alimentando la necesidad de tener ahora mismo y te olvidas de que eres una extensión de la mente Divina y por lo tanto cualquiera que sea tu deseo ardiente este mismo ya ha sido respondido y concedido.
Vivimos en un universo de energía constante y esta energía contenida en el aparente vacío se mueve a grandes velocidades es así como una mera intención tuya contenida en un pensamiento entra en contacto con esa energía y empieza su vuelo de transformación para convertirse en el deseo que se convertirá en realidad en un espacio de tiempo diferente, mismo que se verá reflejado en el futuro.
No existe regla para determinar el tiempo que te separa de esa manifestación real, el tiempo depende de tu capacidad de creer en lo meramente invisible, de sentir cómo sí… a pesar de las evidencias que dictan la clara ausencia de lo que quieres, alimentando tu capacidad de CREER en que tu deseo es un HECHO, alimentando tu capacidad de VIVIR esa realización del deseo con todas las notas de realidad completas, hasta el punto de incluso exagerar la situación a tal grado que aumente tu felicidad interna que pueda confundir a tu mente de sí tu visión fue realmente un mero sueño o una experiencia vivida en tu mundo físico.
¿Cómo te das cuenta si tu deseo de amor esta próximo a manifestarse? ¿Cómo te aseguras de estar visualizando tu deseo cumplido con éxito?
Para ello es necesario que revises que se cumplan 3 cosas importantes perfectamente, si es así habrás aprobado la asignatura.
- Eres capaz de crear imágenes con total nitidez y realidad: Esto quiere decir que la creación de tus imágenes dentro de la visión de tu deseo debe ser lo más natural posible, donde el escenario sea lo más real para ti, con colores, olores, sensaciones y características concretas de lo que crees que sería tu experiencia cuando esa visión se convierta en real. De manera que tu mente inconsciente lo vea como algo natural y plausible y no como una imagen venida de una película de ficción. Para que tu deseo se manifieste necesitas visualizarlo con realidad, nitidez y naturalidad. Recreando los escenarios posibles dentro de una visión lo más acercada a tu realidad física.
- Cuando contemplas tu visión consigues sentir y elevar el sentimiento al máximo: Esto significa que una vez que te has internalizado en la visión que has creado imaginariamente, te permites sentir emociones y sentimientos positivos abiertamente, de manera que manipules esa experiencia interna de forma expandida, es decir, que una vez sientas alegría, felicidad, certeza, fe, emoción, sorpresa, etc. Vayas más allá permitiéndote hacer crecer el sentimiento hasta conseguir un estado de máxima expansión y vibración alto del deseo. Es decir experimentar una euforia, un clímax donde se conjunten los sentimientos y emociones elevados a las mas altas potencias para amplificar el radio de energía que emanas de manera que el alcance de la misma cause una transformación sobre tu mundo no sólo imaginario sino también el físico.
- Dentro de la visión del deseo evitas contenerte y expresas tu felicidad efusivamente: Cuando te decides entrar en la visión maravillosa de tu deseo cumplido es necesario que te liberes de contenedores, obstáculos o limites. Se trata de vivir la visión con tanta nitidez y efusividad que te permites expresar tu felicidad con verdadera libertad.
al expandir tu sentimiento positivo te permites demostrar tu alegría con efusividad, si necesitas llorar de felicidad dentro de esta experiencia evitas contenerte y sueltas el llanto, si necesitas gritar, saltar, correr, abrazar o actuar de una forma que normalmente contienes, en tu visión te permites ser esa persona libre que se permite sentir y vivir la situación tal como la siente sin inhibiciones. De manera que tu energía se libere dando como resultado una transformación inmediata de tu mundo interno que luego vendrá a reflejar el resultado en tu mundo externo.
He conseguido vivir mis visiones tan vívidamente que cada vez que realizo cualquiera de este tipo de ejercicios que involucran lo que quiero y lo que siento, soy una persona altamente efusiva que no puedo entrar en contemplación de mi deseo sin antes llevar un vaso de agua, un papel higiénico y mi música para entrar en armonía.
Me olvido del mundo físico por un momento y me permito entrar en el mundo que quiero, donde ya tengo eso que quiero, me convierto en una mujer que salta, llora, grita y ríe… un poco diferente a la mujer que soy en la vida normal, mi efusividad parece apagada entonces cuando viene la manifestación de mi deseo, muchos malinterpretan mis reacciones cuando el deseo pasa a convertirse en mi realidad sobretodo cuando conocen que era algo que deseaba ardientemente, sin embargo mi falta de efusividad en el mundo físico no indica infelicidad, ingratitud o molestia. LEJOS DE ESO, lo único que indica es una incapacidad total de reproducir una escena que ya había vivido tan ardientemente y con total entrega que ya la había recibido, por lo tanto repetir las emociones vividas me resulta algo supremamente difícil, es cómo cuando te piden ser espontaneo y es algo que no puedes actuar porque la espontaneidad sucede y luego no puedes repetirla. Cuando llega mi deseo cumplido entonces no reacciono con efusividad no porque no lo disfrute, simplemente porque Ya no me resulta algo natural.
La razón es simple, ya sabía lo que venía, pues ya lo había vivido y recibido anticipadamente, no puedo reaccionar con sorpresa ante un deseo que ya he trabajado anteriormente porque es algo que ya no me sorprende, un deseo bien trabajado es un deseo YA conseguido, pensar de nuevo en él no me trae ninguna incertidumbre ni duda, es algo que ya es mío, ya lo era desde antes; entonces en el momento en que llega y se hace presente en mi mundo físico lo recibo con alegría, con mi corazón tranquilo, ya que con anterioridad había recibido dicho deseo con tanta claridad, efusividad y alegría que la manifestación sólo es el siguiente y único paso que resta y se espera sin lugar a dudas.
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