Hoy te escribo llena de alegría porque me siento nuevamente como adolescente enamorada y es que te soy sincera cuando una relación amorosa tiene varios años, como en mi caso 15 años de convivencia con mi esposo, la rutina, el trabajo, el estrés y todas las cosas que intervienen en una relación llegan a afectar a los cónyuges haciendo que se deje un poco olvidado los detalles, los mimos y el tiempo necesario para dialogar con amor y paciencia de manera que se puedan llegar a acuerdos que proporcionen una inyección de renovación a la relación.
En mi caso personal hemos vivido una cambio radical con la llegada de mi bebé, y aunque esta preciosa llegada nos unió más y nos hizo estar más cercano durante el embarazo y la dulce espera, en cuanto nació las cosas fueron cambiando nuevamente y con todo el trajín, las necesidades del bebé y los corre, corre, comenzaron a aparecer muchas situaciones estresantes de parte y parte, cansancio constante y con ello recriminaciones el uno al otro al sentirnos un poco incómodos ante el cambio drástico que nos estaba llevando a peleas frecuentes por cosas mínimas. Entonces en medio de esa situación revise que entre tanto amor hacia nuestro hijo nos estábamos olvidando de cuidar ese amor que nos unió y estábamos dejando de un lado todas las cosas que antes hacíamos y que nos hacían recordar lo mucho que nos amábamos.
Yo siempre he sido una romántica, y déjame decirte que tengo un libro completo de poemas escritos para mi esposo, también me gustaba mucho escribirle cartas de amor y reconocer frecuentemente todas las cosas que me enorgullecen de él y que me hacen sentir la mujer más afortunada de estas a su lado, sin embargo esta práctica la deje en el olvido porque me absorbieron otros quehaceres que antepuse a esto.
Cuando teníamos problemas de comunicación mi esposo hacia listas de cosas que le parecían que debían tomarse en cuenta y mejorar, y cuando tenía esa lista tomábamos unos minutos para hablarlo y poníamos todo de nuestra parte para acordar la mejor forma de que ambos estuviéramos satisfechos. Esto también lo dejamos en el olvido en el último tiempo, y para abordar las dificultades en lugar de esperar un momento de claridad y tranquilidad lo hacíamos en el momento recalcando lo negativo que estábamos viendo y la molestia que eso estaba causando.
Pero como en realidad estoy más que comprometida con mi felicidad, me decidí a revisar lo que estaba haciendo en mi relación y ponerle una solución para dejar de sufrir por cosas tan pequeñas que finalmente causan afectaciones en las personas y las relaciones.
Y es por ello que reanude la práctica de escribir cartas en lugar de hablar cuando estoy enojada, decidí sentarme a darme cuenta que la mayoría de cosas de las cuales me quejaba eran un hecho inequívoco de que estaba enfocada en algo negativo que estaba viendo con una lupa que lo hacía inmenso y estaba anulando todos los demás esfuerzos y demostraciones de amor que mi pareja estaba teniendo para conmigo y con mi familia. Cuando me di cuenta de ello, decidí hacer una carta de reconocimiento, de amor y de gratitud hacia mi pareja, decidí honorificar todo aquello que deje de honorificar cuando viví este cambio en mi vida y que sin embargo permanece presente en mi vida sino que estaba cubriéndolo con el velo oscuro de las recriminaciones. Decidí también abrirle mi corazón haciéndome cargo de mis sentimientos y emociones al expresar lo que sentía cuando él me expresaba de forma negativa lo que le molestaba de mí.
Es decir, en lugar de culparlo a él de mis emociones me hice responsable de mi forma de reaccionar hacia sus palabras y de explicarle porque sentía que tenía que reaccionar así ante eso, y también le explique de la manera más amorosa posible como me gustaría recibir su retroalimentación y darle la mía en lo sucesivo. El resultado ante esta carta fue maravilloso, emocionante, fantástico, tenía mucho que mi pareja no se abría a hablar desde el corazón, se sintió realmente amado y comprendido y me pidió que retomáramos de nuevo nuestra practica de escribirnos para recordar aquello que nos hizo enamorar, y mantenernos en el amor pues en nuestro caso esto es mucho más efectivo.
La consecuencia de una carta de amor es grandiosa, tu pareja sentirá que te tomas el tiempo para analizar lo que sientes, y para valorar lo que tienes a su lado. Se sentirá agradecido porque reconozcas su valor y le señales las cosas positivas que tiene y que quizás habías olvidado señalar con más frecuencia.
Note un cambio hasta en la forma de hablarme, con más cariño y con más ganas de concederme gustos que tengo sin pedírselo, todo gracias a que decidí desempolvar mi pluma y abrir el corazón para hablar con amor a través de unas líneas sinceras y sin recriminaciones.
Por ello mi sugerencia para reavivar la llama del amor para este día es que te tomes el tiempo de reflexionar en tu relación, de darle unos minutos a abrir tu corazón y elogiar a tu pareja en lugar de recriminarle sus defectos o puntos desfavorables, que elijas reconocer lo que lo hacen un ser humano maravilloso y te olvides un momento de enfrascarte únicamente de lo que te hace infeliz, que retomes aquello por lo que te enamoraste y te decidas a darle una oportunidad a lo que hoy tienes para mejorarlo, adecuarlo al momento que están viviendo como pareja y a disfrutarlo de la mejor manera posible.
Espero que te sea de utilidad este artículo, y que te vuelvas a sentir como me siento yo hoy, Totalmente enamorada y agradecida con la vida por lo que tengo.