Hoy te escribo para contarte algo que nos ha ocurrido y también para darte las gracias , por todas las muestras de aprecio, la energia positiva y los mensajes lindos que he recibido durante todo este tiempo desde el momento en que decidí compartir contigo y con todos mis seguidores la feliz noticia de que estaba embarazada nuevamente.
(Compartó contigo la fotografía de cuando llegó mi pequeñito JJ a este mundo hace ya 3 años, uno de los más hermosos recuerdos que tengo)
Han sido casí 3 meses intensos, de muchos sentimientos encontrados, miedo, felicidad, angustía, una salud muy tambaleante, días de prácticamente no poder hacer mucho, otros mejor, y así me la pasé durante todo este tiempo. La feliz noticia nos permitío a mi esposo y a mí sentirnos sorprendidos, agradecidos y gratamente ilusionados a pesar de que las cosas no se veían del todo bien. Sin embargo como es usual, una noticia de este calibre sobretodo cuando hay mucho amor de por medio, hace que se comiencen a crear ilusiones maravillosas de lo que vendrá en el futuro. Lamentablemente no siempre las cosas salen como uno cree, o como uno quiere , sin embargo por muy doloroso que esto sea es necesario aceptarlo y no verlo como un castigo Divino, más bien es importante lograr encontrar una actitud abierta a encontrar el mensaje positivo de todo ello.
Mi reciente revisión de avances del embarazo no arrojo noticias positivas, mi semillita no logró desarrollarse y su crecimiento se detuvo antes de lo esperado… 🙁
Su corazoncito no pudo latir y su misión en este mundo fue muy breve y efímera
Su permanencia estuvo en nuestra mente, en nuestros sueños, en nuestro corazón y en el amor que le pudimos tener durante lo que duró todo este proceso. Una parte de mi deseaba mucho que las noticias fueran alentadoras, pero la otra sabía que si no lo erán aún así habría recibido la respuesta correcta de mi ser divino. Le pedí que manifestará lo mejor para todos, que en cualquier cosa que pasará me diera la fortaleza que necesitaba para asumir lo que viniere, que me ayudará a aceptarlo de la mejor manera y cuando comenzó la revisión médica supe que era momento de despedirme.
El doctor no me dijo nada, se limitó a examinarme con dos estudios diferentes, en el momento que me pidio que pasará al segundo ultrasonido fue la clave para saber que esté (la semillita en mi vientre) no sería otro integrante más en mi familia.
Si las cosas hubiesen estado bien no hubiera necesitado hacer otro ultrasonido diferente, recuerdo muy bien cómo sucedió con mi pequeño JJ, de inmediato se movio y parecía un pecesito en el agua, no dejaba de moverse y parecía que se alegraba mucho de poder darnos la dicha de conocerle atraves de esa imagen cuando tenía 12 semanas de embarazo. El doctor describío todo detalladamente, nos dio sus medidas, nos dijó que estaba sano, que estaba perfecto y que era muy movido….AHHHH que hermoso recuerdo, y esa imagen vino a mi en ese instante; allí en el baño cambiandóme para comenzar el otro estudio, le pedí a Dios con todas mis fuerzas que me diera fortaleza para no decaer ante la inminente noticia y aceptarlo tranquilamente a pesar del dolor que obviamente vendría para ambos.
También agradecí que mi esposo y yo decidieramos no decirle a mi hijo que tendría hermanito, él simplemente allí sentadito sabía que mamá tenía dolor en su pancita y el doctor la revisaría para que ya estuviera bien. Para él, ésto no tuvo ninguna implicación traumática como sí la habría tenido, sí me hubiera permitido ceder ante las ganas de contarle la noticia. Eso me hace sentir muy tranquila.
Luego de la segunda revisión el doctor permaneció callado, me mando a cambiar y me hizo sentar junto a mi esposo, yo ya sabía lo que venía… entonces fue cuando nos dió la noticia.
Traté de tomarlo con calma, escuche sus indicaciones de lo que seguía luego de esta noticia, someterme a una intervención, seguir algunos cuidados y bueno volver a la normalidad después de esto.
Finalmente mi esposo y yo tuvimos un momento a solas para digerir la noticia, tomar algunas decisiones importantes y terminar la cita con mi médico. El sentimiento me ganó en ese momento, no pudé ocultar la tristeza en mis ojos, el tampoco lo hizó. fueron pequeños instantes para mirarnos y decir adiós a lo que pudó haber sido otro hijo. Pasamos la tarde con nuestro pequeño haciendo todo lo que normalmente hacemos juntos en fin de semana, hablabamos un poco acerca del asunto y la pregunta que me hicé y que le hicé a mi esposo, una y otra vez no fue:
¿Por qué paso estó?
SINO
¿Para qué paso estó?
Hay preguntas que nos hacen hundirnos una y otra vez en nuestras bajas vibraciones, mientras qué hay otras que nos ayudan a sumergirnos en encontrar lo realmente importante y sustancioso de una situación.
Si te das cuenta, si preguntas ¿Por qué me paso estó? ¿Por qué a mí? ¿Por qué así? ¿Por qué ahora? etc…
Las respuestas que vienen pueden ser desde el sentimiento de ser una víctima de las circunstancias, aparecen cientos de razones de por qué no te tendría que haber pasado, de por qué es injusto todo lo que pasa, de por qué parece que has recibido un castigo.
O simplemente te quedas buscando razones que expliquen lo sucedido y que quizás no te ayuden a encontrar una salida más sana para tu vida.
Si te preguntas ¿Para qué paso estó? ¿ para qué me pasa esto a mí? ¿Para qué me llega esta prueba ahora en mi vida? ¿Para qué tengo que sentir ésto que siento o vivir ésto que vivo ahora?
Vienen un sin número de razones que pueden ser mucho más positivas.
Son alternativas y posibilidades innumerables que irán apareciendo en tu mente y te irán sacando poco a poco del sentimiento de baja vibración en el que puedas estar sumido en ese momento de tu vida.
En esa tarde hicimos una pequeña lista de respuestas a estos interrogantes con mi esposo…
Me sirvió para tener momentos en los que no me rendí a las ganas de llorar esa perdida. Sin importar como lo manejará el doctor para mí ese era mi bebé y no podía verlo de otra forma.
No te diré que no lloré porque sería mentirte , lloré y lo lloré mucho, mucho más de lo que creí que lo haría, soy una persona bastante sensible, sin embargo suelo darme mis momentos para sacar mi dolor y luego de dejar ir lo que siento me levanto de nuevo y comienzo a ver las cosas desde una nueva perspectiva más positiva.
No es sano aferrarse al sufrimiento, porque el dolor se siente y lo normal es que desaparezca luego de que meditas muy bien las cosas, mientras que el sufrimiento es una decisión de no salir de un estado melancólico, es cómo decidir que estarás dandóle vueltas al asunto negativamente sopesando los hubieras y haciendóte películas que no fueron, no serán y nunca podrán exisitir simplemente para regocijarte en una pena que te daña y te quema.
2 respuestas
Gracias Sandra. Hoy estoy siguiendo tus palabras…Ha aparecido alguien nuevo en mi vida y confío PLENAMENTE en que el universo es sabio y sabe lo que es mejor para mí aunque no sea como yo lo había deseado en todos los aspectos.
Gracias.
Te amo
Gloria
Felicidades disfruta